jueves, 19 de enero de 2012

Cómo emprender en 4 pasos

Hace un año publiqué en el blog TRW una traducción de una carta sobre un emprendedor que respondía a un joven con una idea de negocio.

Dada mi actual situación en la que me encuentro a punto de dar un salto al exterior donde, aprender de mucha gente y, tal vez llegar a emprender, es el momento perfecto para replicarlo aquí.

Dejo a continuación esa traducción porque no tiene desperdicio. También se puede consultar la versión original en el post de John Prendergast.

He recibido un mail de alguien pidiéndome feedback sobre su idea para un producto. La idea en sí misma era tan confusa como la mayoría de ideas en su primera fase pero, lo que captó mi atención fueron los objetivos.
Decía:

Objetivos:
  • 1er mes: definir el concepto y encontrar un equipo
  • 6 meses: desarrollar una versión beta
  • 6 meses - 1 año: encontrar empresas con las que testar y mejorar el programa
Es justo al revés. Pone la investigación del mercado justo al final. Me tuvo pensando sobre cuánto necesitamos enseñar a los jóvenes emprendedores todavía. Estamos logrando una evolución increíble en entender cómo crear un nuevo producto o empresa pero, la mayoría de los empresarios aún no han salido del método del “campo de sueños” en el que hemos estado historicamente.

Esta fue mi respuesta

Gracias por compartir tu idea.

Me centraré en el proceso en lugar de en la idea porque, deberías obtener el feedback sobre tu idea por parte del mercado, de tu público objetivo más concretamente.

Objetivos: tu único objetivo inicial debería ser el descubrir si a alguien le interesa tu idea. ¿Le será de utilidad a alguien? El mayor riesgo de las startups es crear un producto que nadie quiere. Si yo fuese tú, mi proceso sería algo tal que así:

1) Semana 1 – bocetos. Plasma las ideas en un papel (o con una herramienta como Balsamiq) donde reflejes el concepto básico. Las palabras son menos efectivas que los dibujos para comunicar ideas.

2) Semanas 2-4: ve a hablar con la gente que crees que tiene el problema que tienes en mente. Si te saltas este paso echarás a perder todo el tiempo invertido en tu idea.

a) Pregunta cómo están abordando el tema en el que quieres trabajar. Averigua si ellos lo ven como un problema. En tal caso, cómo lo están solventando? qué falla o en qué se puede mejorar? (advierte que aún no he expuesto la idea). El objetivo es descubrir si ellos piensan que tienen un problema y cómo encaja este con tu idea.
b) Muéstrales la idea y fíjate si ellos lo ven como una solución a sus problemas.

c) Perfecciona la presentación y repítelo con 5-10 personas! Será incómodo porque verás cómo tu idea está totalmente desviada pero, si tienes suerte, las entrevistas te habrán servido para centrarte en una parte de la idea que parece provechosa.

d) Limpia la idea que tienes a modo de boceto hasta que sientas que no hay nada que choque con tu público objetivo.

e) Reúnete con algunos de tus potenciales clientes y ten la misma conversación que antes pero con tu idea totalmente limpia y, asegúrate de que te has acercado más a las necesidades.

3) Semanas 5-8: una vez hayas obtenido el visto bueno de tus clientes potenciales, piensa en cómo hacer una versión del producto lo más pequeña y simple posible por la cual alguien esté dispuesto a pagar. Observa que aún no es necesario fabricar el producto. Basta con juntar unas cuantas herramientas ya existentes que simulen lo que quieres hacer.

4) Semanas 9-10: presenta el producto a tus potenciales clientes y observa si les interesa. Si no es así, busca qué ha fallado entre la idea del problema y tu ejecución. Los clientes no te dirán cómo solventar el problema, simplemente te dirán si les sirve o no. No esperes más.

Piensa en el proceso como la forma de testar tus ideas en el mundo real de la manera más rápida y barata posible. Es crucial la rapidez con la que seas capaz de evolucionar del ciclo de aprendizaje sobre los potenciales clientes para convertirlo en un producto que satisfaga sus necesidades progresivamente.

Lo único que necesitarás si te cuesta dibujar las ideas es la ayuda de un diseñador web, a quien podrías contratar como co-fundador para que trabaje contigo durante este proceso.

Pienso que lo que hallarás será que el problema que pensabas haber identificado y que podías solucionar de una u otra manera no será como tú creías. Lo que te diga el mercado será con lo que puedas comenzar.

Esta manera de aproximarte al mercado tiene dos ventajas:

  1. Disminuye la probabilidad de que tu idea no le interese a nadie.
  2. Asumiendo que encuentres una necesidad en la que merezca la pena trabajar, tendrás unos datos y conocimientos del mercado que ningún otro disfrutará, lo cual aumenta las posibilidades de que atraigas clientes y capital que te hará falta para avanzar.

Hay multitud de libros y blogs escritos sobre este tema. Échales un vistazo para un conocimiento más profundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario